Reaprendiendo sobre el habla con Fátima Dantas – 29/08/2022

Reaprendiendo sobre el habla con Fátima Dantas – 29/08/2022

El desarrollo del habla se da entre los 2 y 7 años y continúa su refinamiento hasta los 12 años, lo que significa que el cerebro guarda un chip sobre la forma de hablar para siempre. La voz es el sonido del habla, producido por los pliegues vocales (cuerdas vocales) que es la fonación y amplificado por el tracto vocal (faringe, lengua, labios,paladar, senos paranasales) y se desarrolla hasta los 20 o 21 años. Luego el cerebro también guarda un chip sobre nuestra voz. Cuando escuchamos a alguien hablar, obtenemos diferentes tipos de información a partir de su voz. La voz es reveladora de la personalidad, de las emociones, del estado de seguridad o disconfort de quien habla. El acto de hablar involucra a más de 100 músculos y conexiones neuronales. Requiere un millón de células cerebrales para producir de manera eficiente un sonido, sin mencionar una palabra. Un hombre típico habla en promedio 16 mil palabras por día.

Además la voz humana es el sonido más importante de nuestro entorno, y posiblemente el que más escuchamos a lo largo de nuestra vida. A nivel cerebral hay un conjunto de neuronas que se activan selectivamente con sonidos vocales.
Cuando sufres una lesión cerebral, tu cerebro descubre que tienes otro tipo de habla y otro tipo de voz, ese cambio radical hace que tu cerebro no lo reconozca, lo que llamamos de fonoagnosia.

Este desconocimiento por parte del cerebro de una nueva voz y de una nueva forma de hablar (con mucho más esfuerzo y de forma consciente) puede generar comportamientos negativos a la comunicación humana de quien habla y de quien escucha o sea, del locutor y del interlocutor.

Esto genera un impacto fuerte en el sistema límbico, que es el encargado de las emociones.

El sistema límbico es uno de los primeros que se forman en el cuerpo, es como un sistema de supervivencia: Cuando te comunicas con una persona, si esa persona no te entiende o rechaza tu forma de hablar, eso genera en ti un sentimiento de rabia o frustración por este tipo de cambio de comunicación.

Al comunicarnos nuestro cerebro utiliza los primeros 5 segundos para juzgar: ¿Esta habla es de un ser humano? ¿Entiendo todo lo que esta persona está hablando? ¿Por qué esta persona habla diferente? ¿Es gringo? ¿Tiene algún problema?¿ Es retardado? ¿Es sordo? ¿Está borracho?

Cuando una persona sufre una lesión cerebral y habla de una forma distinta no solamente es un esfuerzo para quien habla pero también para quien escucha. Lamentablemente muchas personas no están dispuestas a realizar este esfuerzo para comprender mejor a la persona que sufrió una lesión cerebral y que está realizando un sobreesfuerzo para comunicarse y ser entendida.

La lengua es el principal órgano del habla. Tiene 17 músculos y muchos comandos motores. Cuanto más refinado es el sonido, más difícil de pronunciar. Los sonidos más refinados que tiene el español son la “L” de palta, lata, blanco, plato y la “R” de mar, torta, trabajo, tres, prisa, cuadro, fresa y la “RR” de carro, risa. Entonces si una persona ha sufrido una lesión cerebral, tendrá dificultad en la parte motora fina de la lengua, lo que hace que tenga muchas más dificultades en ese tipo de sonido. Entonces la persona necesita adaptar en su habla, un sonido parecido a la ¨L¨, ¨R¨ y ¨RR¨, de forma consciente para que las personas puedan entender su habla. Por ejemplo, si deseo pronunciar el nombre “Orly” donde aparece la L, y la R, necesito realizar un sobreesfuerzo consciente para que las personas puedan entender que lo que estoy diciendo que es Orly y no Oly. Para producir este nombre, en una escala de esfuerzo de 0 a 10,el resultado sería lo siguiente: para la persona con lesión cerebral sería 10 de esfuerzo y para una hablante típico sería máximo 2 de esfuerzo.

En conclusión, la comunicación humana es una necesidad social básica en los seres humanos. Es imprescindible resaltar que al tratar de entender el habla de una persona que ha sufrido una lesión cerebral nos convierte en una persona resiliente que supera las situaciones adversas y nos convierte en seres humanos con capacidad para actuar de manera positiva ante las adversidades.

El desarrollo del habla se da entre los 2 y 7 años y continúa su refinamiento hasta los 12 años, lo que significa que el cerebro guarda un chip sobre la forma de hablar para siempre. La voz es el sonido del habla, producido por los pliegues vocales (cuerdas vocales) que es la fonación y amplificado por el tracto vocal (faringe, lengua, labios,paladar, senos paranasales) y se desarrolla hasta los 20 o 21 años. Luego el cerebro también guarda un chip sobre nuestra voz. Cuando escuchamos a alguien hablar, obtenemos diferentes tipos de información a partir de su voz. La voz es reveladora de la personalidad, de las emociones, del estado de seguridad o disconfort de quien habla. El acto de hablar involucra a más de 100 músculos y conexiones neuronales. Requiere un millón de células cerebrales para producir de manera eficiente un sonido, sin mencionar una palabra. Un hombre típico habla en promedio 16 mil palabras por día.

Además la voz humana es el sonido más importante de nuestro entorno, y posiblemente el que más escuchamos a lo largo de nuestra vida. A nivel cerebral hay un conjunto de neuronas que se activan selectivamente con sonidos vocales.
Cuando sufres una lesión cerebral, tu cerebro descubre que tienes otro tipo de habla y otro tipo de voz, ese cambio radical hace que tu cerebro no lo reconozca, lo que llamamos de fonoagnosia.

Este desconocimiento por parte del cerebro de una nueva voz y de una nueva forma de hablar (con mucho más esfuerzo y de forma consciente) puede generar comportamientos negativos a la comunicación humana de quien habla y de quien escucha o sea, del locutor y del interlocutor.

Esto genera un impacto fuerte en el sistema límbico, que es el encargado de las emociones.

El sistema límbico es uno de los primeros que se forman en el cuerpo, es como un sistema de supervivencia: Cuando te comunicas con una persona, si esa persona no te entiende o rechaza tu forma de hablar, eso genera en ti un sentimiento de rabia o frustración por este tipo de cambio de comunicación.

Al comunicarnos nuestro cerebro utiliza los primeros 5 segundos para juzgar:¿Esta habla es de un ser humano? ¿Entiendo todo lo que esta persona está hablando? ¿Por qué esta persona habla diferente? ¿Es gringo? ¿Tiene algún problema?¿ Es retardado? ¿Es sordo? ¿Está borracho?

Cuando una persona sufre una lesión cerebral y habla de una forma distinta no solamente es un esfuerzo para quien habla pero también para quien escucha. Lamentablemente muchas personas no están dispuestas a realizar este esfuerzo para comprender mejor a la persona que sufrió una lesión cerebral y que está realizando un sobreesfuerzo para comunicarse y ser entendida.

La lengua es el principal órgano del habla. Tiene 17 músculos y muchos comandos motores. Cuanto más refinado es el sonido, más difícil de pronunciar. Los sonidos más refinados que tiene el español son la “L” de palta, lata, blanco, plato y la “R” de mar, torta, trabajo, tres, prisa, cuadro, fresa y la “RR” de carro, risa. Entonces si una persona ha sufrido una lesión cerebral, tendrá dificultad en la parte motora fina de la lengua, lo que hace que tenga muchas más dificultades en ese tipo de sonido. Entonces la persona necesita adaptar en su habla, un sonido parecido a la ¨L¨, ¨R¨ y ¨RR¨, de forma consciente para que las personas puedan entender su habla. Por ejemplo, si deseo pronunciar el nombre “Orly” donde aparece la L, y la R, necesito realizar un sobreesfuerzo consciente para que las personas puedan entender que lo que estoy diciendo que es Orly y no Oly. Para producir este nombre, en una escala de esfuerzo de 0 a 10,el resultado sería lo siguiente: para la persona con lesión cerebral sería 10 de esfuerzo y para una hablante típico sería máximo 2 de esfuerzo.

En conclusión, la comunicación humana es una necesidad social básica en los seres humanos. Es imprescindible resaltar que al tratar de entender el habla de una persona que ha sufrido una lesión cerebral nos convierte en una persona resiliente que supera las situaciones adversas y nos convierte en seres humanos con capacidad para actuar de manera positiva ante las adversidades.

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